WORKING CLASS
¡Fiel a mis principios!
Vivimos en una sociedad contaminada por la corrupción y podemos decir con orgullo que venimos de una clase trabajadora de manos manchadas y sudor en la frente por el duro trabajo.
Nuestras manos, pese a mostrarse sucias, están limpias. Empatizamos con el prójimo, que comparte nuestras venturas y miserias. Respetamos a nuestros iguales. Y esa es la base de la honestidad, de la conciencia tranquila y de la fidelidad a uno mismo.
La vida nos ha proporcionado las cartas y nosotros somos los que las jugamos. A veces nos han venido mal dadas. Por eso hemos aprendido a convivir con las adversidades y a superarnos cada día.
Somos la saga de quienes lucharon por unos ideales justos, para que hoy podamos vivir en un mundo un poco mejor.